La sequía, las heladas y la irregularidad en las lluvias han generado un ambiente propicio para el aumento de plagas en los cultivos de café en Honduras, poniendo en riesgo la estabilidad del sector y amenazando el sustento de más de 100.000 pequeños productores que luchan por obtener precios justos.
Los productores están "muy preocupados, yo soy uno de ellos" por las adversas condiciones climáticas que afectan la salud de los cultivos de café, dijo a EFE el caficultor Juan David Chávez, mientras observa con inquietud el estado de las plantas en su finca.
Las lluvias intensas, acompañadas de bajas temperaturas y hielo, causan estrés en los cultivos, lo que lleva a la pérdida de hojas de las plantas, lo cual reduce la producción del grano, señaló Chávez, un pequeño productor en la aldea Florida, Marcala, en la región centro occidental de Honduras, departamento de La Paz, fronterizo con El Salvador.
La actividad cafetalera en Honduras está en manos de 120.000 productores, el 90 % de ellos pequeños, y genera un millón de empleos en los procesos de corte, beneficiado y transporte.
Productores como Juan David Chávez enfrentan un panorama cada vez más complicado debido a los efectos del cambio climático, que han favorecido la proliferación de la roya, una enfermedad causada por el hongo "hemileia vastatrix".
Esta enfermedad, que ataca las hojas de las plantas, no solo perjudica la calidad y cantidad de la cosecha, sino que también dificulta aún más la lucha de los productores por obtener precios justos, adaptarse y enfrentar estas adversidades.
A pesar de los desafíos, Yolanda Romero, productora de café orgánico en Marcala, celebra que en un año sin precedentes, los productores han registrado precios en el mercado que nunca antes habían obtenido, lo que ha renovado el optimismo en un sector que históricamente ha enfrentado dificultades financieras.
Romero, quien también es dueña de una tostaduría artesanal, dijo a EFE sentirse "muy contenta” por los altos precios del café, lo que considera le permitirá “salir de las deudas” y, en el futuro, exportar su producto directamente al extranjero.
Los productores esperan que el precio actual del grano se mantenga de forma sostenible, ya que esto garantizaría la viabilidad a largo plazo de la producción de café y podría resultar en "un precio justo" para ellos.
A menudo, el café que logran cultivar no alcanza un valor suficiente en el mercado para compensar los esfuerzos y recursos invertidos, lo que agrava aún más la crisis en el sector cafetalero y obliga a muchos productores a enfrentar condiciones de pobreza, endeudarse o incluso emigrar.
EFE